Martes 12 de enero de 2021, 6:00 pm
Desde la oficina general reciba un caluroso y fraterno saludo. Enfrentamos tiempos convulsos, de mucha inestabilidad e incertidumbre. Tiempos de crisis en el orden sanitario, económico, social, moral y espiritual. Es por ello que hoy más que nunca la iglesia necesita pararse en la brecha, cumplir el rol asignado, clamar al Dios de los cielos. Es tiempo de convocación, tiempo de apelar a la misericordia de Dios. Hagamos de las palabras de Joel nuestra agenda de trabajo y nuestro plan de acción: “Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?” (Joel 2:15-17).
A continuación, se ofrecen las orientaciones pertinentes para el funcionamiento de nuestra organización.
- Mantener los servicios en nuestros templos siempre que sea posible, comprendiendo que el funcionamiento de nuestras iglesias depende en buena medida de ello; además de ser necesario, para que la iglesia cumpla con su función de sustentar a sus pastores, especialmente en este tiempo de Ordenamiento Monetario.
- Cerrar solo cuando las autoridades competentes lo soliciten o cuando en el área cercana al templo haya casos positivos.
- Redoblar las medidas y cuidados necesario para evitar contagios dentro de nuestros templos. Limitar la asistencia a los cultos a la tercera parte de la capacidad del local. Requerir el uso correcto del nasobuco a todos los congregantes. Garantizar que todos los asistentes al entrar se laven las manos con alguna solución de agua clorada; y de igual manera, un recipiente con la misma disolución donde limpien la suela de los zapatos. No permitir que las personas con sintomatologías respiratorias participen de la reunión. Evitar aglomeraciones a la entrada o salida del templo. Limitar las actividades a cultos, ayunos y vigilias.
- Ratificar que el salario de los pastores se establece de la siguiente manera: Como salario básico 3000 CUP, más el 10 % de las entradas por diezmo y ofrenda. Las iglesias no solventes, que no puedan completar el salario básico de su pastor, le será completado del fondo de la tesorería distrital correspondiente.
- En el caso de las iglesias no solventes, para recibir la ayuda desde la tesorería distrital, deben enviar, a través de su presbítero, un informe detallado de su estado financiero.
- Todos lo demás ministros que no tienen iglesias a su cargo; tales como: misioneros, maestros, evangelistas, y pastores que desarrollan alguna función o ministerio en particular, recibirán como salario la cuantía que le asigne el ministerio o agencia empleadora con la cual trabaja. Debido a la situación económica y al Ordenamiento Monetario; dichos ministerios o agencias empleadoras podrán contratar los servicios de estos ministros a tiempo completo o a tiempo parcial.
- Ratificar que el salario de los ministros jubilados se establece de la siguiente manera: Como salario básico 2000 CUP, más 25 pesos por cada año de servicio, más 50 pesos por cada año de servicio como ejecutivo.
- La reunión del CEG agendada para el 26 y 27 de enero se pospone para el 11 de febrero; en caso que la situación no permita la transportación de los oficiales distritales, se realizará haciendo uso de las plataformas digitales.
“si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Cr. 7:14).
Al servicio de ustedes y de nuestro Salvador,
Oficiales del Comité Ejecutivo General.